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La libertad es un
concepto al que se le han dado numerosas interpretaciones
por parte de diferentes filosofías y escuelas de pensamiento. Se suele
considerar que la palabra libertad designa la facultad del ser humano
que le permite decidir llevar a cabo o no una determinada acción según
su inteligencia o voluntad. La libertad es aquella facultad que permite
a otras facultades actuar y que está regida por la justicia, esta
definición es propia de una sociedad o un Estado, el cual "obliga" a las
personas a regirse según un modelo estándar de conducta.
La responsabilidad es un valor que esta en la conciencia de la
persona, que le
permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las
consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral. Una vez que
pasa al plano ético, persisten estas cuatro ideas para establecer la
magnitud de dichas acciones y afrontarlas de la manera más integral,
siempre en pro del mejoramiento laboral, social, cultural y natural.
Ser libre supone ser responsable y la responsabilidad es la otra cara de la
moneda de la libertad. No se pueden exigir responsabilidades de aquello que no
depende de uno mismo, de los actos que son inconscientes o de lo que ha sucedido
por azar o accidente. Ser responsable supone, por ejemplo, que uno puede ser
felicitado o criticado por sus actos.
La Libertad guiando al pueblo es un cuadro pintado por
Eugène Delacroix
en
1830
y conservado en el
Museo del Louvre
de
París.
El lienzo representa una escena del
28 de julio
de
1830
en la que el pueblo de París levantó barricadas. El rey
Carlos X de Francia
había suprimido el
parlamento
por decreto y tenía la intención de restringir la
libertad de prensa.
Los disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en
una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales. No
existió un único cabecilla. Por eso
Delacroix representa a la Libertad como guía
que conduce al pueblo.
Tampoco está representada de una forma abstracta,
sino que es una figura
alegórica muy sensual y real. El espectador sólo tiene dos
posibilidades, el unirse a la masa, o el ser arrasado por ella. El pueblo es la
unión de clases: se representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el
fusil, al lado de un herido que pide clemencia a Francia. Al fondo
aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante
realista. A los pies de la Libertad un moribundo la mira fijamente indicándonos
que ha valido la pena morir por ella.
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